Los géneros musicales que el público encontrará este año en el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá

Los géneros musicales que el público encontrará este año en el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá

La cuarta edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá tendrá una variada programación de música sinfónica, coral, Lied, música de cámara y para piano. ¿De qué se trata cada uno y cuáles son sus diferencias? Elija sus géneros favoritos y prográmese para el Festival durante esta Semana Santa.

 

La música sinfónica es el gran formato, es decir, una orquesta compuesta en su gran mayoría por instrumentos de cuerda, viento (madera y metal) y percusión. Sus obras son extensas pero también de gran intensidad. Se caracteriza por su volumen sonoro y su gran número de músicos.

 

 

El Lied hace referencia a canciones que suelen estar acompañadas de un piano. El lied alemán, el cual tuvo una preponderancia en el Romanticismo, permitió a los compositores expresar sus sentimientos y plasmar su realidad. Fue el género más significativo de la época. Franz Schubert, por ejemplo, contribuyó con 600 Lieder.

 

La música de cámara es interpretada por agrupaciones pequeñas. Su nombre hace referencia a una pequeña habitación en donde se reunían amigos para tocar juntos. Hizo parte de la cotidianidad de la época al no tener las implicaciones financieras y logísticas que requiere la música sinfónica. Por ejemplo, las “schubertiadas” fueron famosos encuentros en casas privadas en donde los amigos animaban al tímido Franz Schubert a mostrar sus composiciones.

 

En la música coral nuevamente la voz humana es protagonista, pero en un formato más grande. Solían cantarse temas sacros o profanos, dependiendo del compositor y del momento para el cual se compusiera. El coro, además de abrir espacio para hacer música, propicia el estar en comunidad.

 

 

Por otro lado, el piano ofrece la base para hacer composiciones. Brahms, Schubert, Schumann y Clara Schumann, además de ser pianistas, utilizaron las posibilidades armónicas de este instrumento con el propósito de componer para otros esquemas, grupos de cámara, orquestas o para su desarrollo como solistas. Sin embargo, Robert Schumann, queriendo hacer alarde de su talento, inventó una máquina de pesas en los dedos que al final terminó dañándoselos, y por esta razón debió dedicarse a la composición. (Ver: Conozca a los compositores del IV Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá)

 

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